Antes que nada, debes saber que el color para labios tiene más que ver con la personalidad que con conseguir la perfección. Te ayuda a mostrar cómo te sientes. Incluso puede cambiar tu estado de ánimo y animar un mal día, alegrar un maquillaje sencillo o darle un toque de color fabuloso a cualquier outfit.
De hecho, sabemos lo bonitos que quedan unos labios bien coloridos pero no siempre sabemos cuál es el color de labios que más nos favorece, los lápices de labios que nos sientan bien según nuestro tono de piel, nuestro pelo o nuestros dientes. ¡No hay problema! No te pierdas estas reglas básicas para encontrar el lápiz de labios perfecto para ti.
La textura es algo que depende mucho de tus gustos. ¿Prefieres la textura más hidratante y luminosa de un labial brillante o te gusta más un efecto mate que colorea los labios como un tatuaje? Lo único que debes tener en cuenta al encontrar la textura de tu lápiz de labios es que no es recomendable elegir una textura mate si tienes líneas de expresión en los labios o alrededor de ellos. Y, si al final te decantas por el mate, siempre debes aplicarte antes una buena capa de bálsamo labial para que tus labios estén hidratados (libres de pieles muertas) y suaves.
¡En función de tu estado de ánimo!
Haz que tu labial sea un acierto seguro y potencia tu belleza natural.
Busca tonos con base azulada como violetas, rosas y rojos intensos. Todos los tonos rojos seguramente te sientan bien. Si quieres aportar un poco de luz, elige colores anaranjados. Y si quieres un toque de elegancia, escoge un rojo más oscuro tirando a burdeos. Intenta evitar los tonos muy nude o demasiados pálidos, como el beige marrón, ya que puede darte aspecto de mala cara. En este caso, ten además en cuenta el color de los ojos: tu lápiz de labios debe ser más oscuro. Unos ojos claros pueden buscar colores más pasteles y si tus ojos son marrones, puedes aplicar un labial con un tono cereza.
Para este tipo de piel y de pelo busca colores vivos: corales, anaranjados o violetas. Puedes hacerlo de dos formas: o elegir labiales con mucho brillo o buscando un color que resalte, intentando no utilizar colores poco vivos como los marrones. En este caso es mejor descartar labiales mate y optar por texturas más brillantes.