Paso 1: Pulir. Usa la lima de uñas para conseguir la forma que desees.
Paso 2: Exfoliar. Aplica el exfoliante sobre los pies húmedos para exfoliar y suavizar las zonas ásperas y secas. Para las áreas rugosas, frota la piedra pómez con movimientos circulares. Enjuaga y seca.
Paso 3: Masajear. Hidrata tus pies con la loción una vez estén limpios y secos.